domingo, 25 de abril de 2010

Costillas a la piña

 Sabrosas costillas a la piña.


Como buena hija de carnicero que soy, me encanta la carne, aunque desde luego no le hago desprecios a cualquier otro alimento.
Pero, haciendo honor a mi querido papi, os voy a poner una receta de carne, chula, fácil y riquísima.

Para estas costillas, necesitareis:

  • Costillas, evidentemente, de cerdo en este caso. Si conocéis a un buen carnicero, que os saque del costillar, un par de trozos. Yo es que si le conozco, je je je.
  • Sal.
  • Piña en su jugo, también se puede hacer a la naranja, al melocotón.
Precalentamos el horno a 200º durante unos 10 minutos.
Salamos las costillas y las ponemos sobre la fuente que vayamos a utilizar.
Colocamos los gajos de la piña por encima de la carne, y añadimos el jugo que venga en el bote.

Se mete en el horno y se deja dorar durante unos 45 minutos, pasado ese tiempo se le da la vuelta a la carne para que se dore por el otro lado y se deja otra media hora o 45 minutos.
Se le puede añadir un poco de agua si vemos que nos estamos quedando sin caldo.

  • Pequeño detalle, dependiendo del horno, modelo y años que tenga electrodoméstico, vigilaremos el tiempo y elegiremos la altura adecuada para asar carne. En mi caso, lo pongo a la altura dos y en la opción de aire y se queda perrrrfecccto.
Ahora os toca a vosotros, a ver que tal os sale.
Besitos

sábado, 17 de abril de 2010

Spaguetti con salmón y gulas

Hace tiempo me compre un libro de una colección de un periodico, eran de cocina, pero me compre el primero y ya no compre más, me parecieron muy caros.
Dió la casualidad que dicho libro es de recetas de pasta y arroz y las recetas son de Simone Ortega y su hija. Pues bien un día le di un vistazo en busca de ideas para poner de comida, y no vi nada en ese momento, pero me quede con una receta, o eso creí yo. Además no tenía los ingredientes que eran necesarios.
Cuando al poco tiempo fui a hacer la receta, pero cual fue mi sorpresa que no la vi. Y es que confundí los ingredientes principales de dos recetas y los fusioné en una sin darme cuenta. Pero ni corta ni perezosa me lancé a la aventura, y de ahí "nacieron" mis Spaguetti.

Espero que os gusten.

Ingredientes:
  • Spaguetti o si se prefieren también valen los tallarines.
  • Salmón ahumado, yo suelo usar una planchita que tien unos 150 gr. pero también es cierto que los preparo para dos.
  • Gulas, en lata, congeladas, como prefirais. Igual sobre unos 150 gr. lo que yo suelo usar.
  • 2 ó 3 dientes de ajo.
Ponemos a cocer los Spaguetti, según el tiempo indicado. Aquí cada uno puede cocer los Spaguetti con lo que quiera, yo suelo usar hojas de laurel y si quereis, y para intensificar el sabor, echar media pastilla de caldo de pescado.Cuando los hallais apagado os poneis con el preparado, porque es algo que se prepara en poco tiempo y que hay que comer calentito.

Con los Spaguetti reponsando, nos lanzamos a preparar, lo primero, las gulas.
Cortamos los ajos y los sofreimos, como preparariamos normalmente unas gulas, cuando estén doraditos, añadimos las gulas y las salteamos un par de minutos.

Cogemos el salmón y lo vamos añadiendo al salteado de las gulas, sin dejar de moverlo. El salmón ahumado es de un tono así como anaranjado, pues al echarlo vereis que se va aclarando ese tono, cuando todo el salmón este uniforme, es decir que haya perdido su tono naranja, añadis los Spaguetti y lo removeis todo bien, para que cojan un saborcillo y listo para servir.

Buen provecho.

viernes, 16 de abril de 2010

Revuelto de Pollo

Sencillo y fácil de preparar, el pollo es una de las carnes más variedades ofrece, además de ser una de las más ligeras. (Bueno según se combine)

Aquí os voy a dejar una receta que yo misma he preparado en varias ocasiones y que fue el resultado de Cocinar Cocinando y de echarle un poco de imaginación.

Espero que os guste.

Ingredientes:
  • Pechuga de Pollo, cortada en trocitos.
  • Patatas, 3 ó 4 medianitas.
  • Cebolla.
  • Vino blanco.
  • Agua.
  • Ajo y Perigil en polvo.
  • Sal
  • Aceite de oliva.

Para empezar, cortamos la cebolla y la ponemos a sofreír en una sartén, cuando esté pochadita, la retiramos y la reservamos.

En la misma sartén que hemos hecho las patatas, y para mantener el gustillo que deja la cebolla, añadimos un poco más de aceite, que se quede el culo de la sartén cubierto y sofreímos las patatas. Una vez que empiezan a ponerse doraditas, las retiramos del aceite y las reservamos, espolvoreandolas de ajo y peregil y añadiendo sal, un poquito.

Para lo que vamos reservando, yo suelo usar una sartén más grande en la que luego junto todo y que sea hondita para que al añadir el vino y el agua no rebose.

En la sartén que hemos ido preparando todos los ingredientes, añadimos por último el pollo, no hace falta añadir aceite, pues con lo que haya quedado de las patatas es suficiente. Freímos el pollo hasta que empieza a tostarse alguna punta, para que no se quede demasiado seco.

Una vez hecho ésto, lo añadimos a las patatas y la cebolla, espolvoreamos de nuevo con ajo y peregil y un pelín de sal. Encendemos el fuego y removemos para que se mezcle todo bien.

Añadimos un vasito de vino blanco y otro de agua.

Lo dejamos a fuego lento durante una media hora, o hasta que el caldo se absorba.

Y se sirve calentito que está más bueno.

Otra variante es añadir tomate pelado cuando estamos sofriendo la cebolla, le da un gustito diferente, pero en ese caso se omite el vino.

Espero que os guste y disfruteis de este plato.